¿Cuántas hemos pasado por esta terrible enfermedad con el pensamiento de, por qué yo?...
“Cáncer de mama”, una frase muy temida entre nosotras las mujeres. ¿Cuántas hemos pasado por esta terrible enfermedad con el pensamiento de, por qué yo? Nos victimizamos sin conocer que las responsables de ella somos nosotras y nuestro manejo de emociones. Luego de 6 años de tratamiento, gracias a la Enseñanza, los cursos del cuerpo habla y gracias a La Jardinera llego a comprender el porqué me ha tocado.
Cuántas reflexiones he tenido que realizar, regresar a la niñez, revisar lo vivido para encontrar los sentimientos guardados que llevaron a esta enfermedad. Rencor, ira, no perdonar, todos estos sentimientos que estaban dentro de mí, pobre niña, su padre la dejó, en mi subconsciente, ahí estaba. El primer error que podemos cometer, es no luchar y abandonarnos. Hay que mantener la fe siempre y ver hacia delante.
Durante los años siguientes a mis cirugías, me he preocupado por enterarme de casos puntuales de mujeres con cáncer de mama y he visto que han sido la mayoría consecuencia de mujeres que han sufrido pérdidas de algún ser querido como un hijo-hija, esposo y que no han aceptado la pérdida. O han sido esposas con problemas con esposos machistas, o matrimonios infelices. Todo encaja en los patrones, el cáncer de mama se puede prevenir.
He aquí mi historia del inicio de un suceso que me cambió la vida y que me permitió reconocerme y poder transformar:
Por el año 2001, una noche sentí un fuerte dolor punzante y agudo en la mama derecha que me sacó de mi rutina. Al día siguiente tenía una hendidura, como ver una alcancía. Ya no lo pensé más, me dirigí al médico quien inmediatamente me dio la orden para hacerme la famosa mamografía, el examen más incómodo y doloroso que me he hecho. Mi esposo me acompañó y nos quedamos esperando el resultado ese mismo día. El radiólogo salió, me repitió el examen y mientras tanto yo ya un poco inquieta.
Finalmente me dieron el resultado, mi doctor me estaba esperando con la noticia: cáncer de mama, un tumor de aproximadamente 2 cm de tamaño, hay que operar lo más pronto posible, una mastectomía radical. Esto quería decir, quitar el tumor con todo y tejido mamario.
No lo pensé nada, tenía que someterme a la cirugía que era una esperanza de vida. Esa misma semana me operaron. En esos días antes de la cirugía, mi pensamiento se había dirigido a unos talleres que habíamos tomado con mi esposo de Estimulación Neural. Pensé y así se lo expresé, si me hubiera hecho esos tratamientos tal vez no me hubiera pasado esto, pero los hubiera no existen y ahí estaba yo lamentando mi situación.
Me encomendé al Hno. Pedro de Bethancourt, a la Virgen Santísima, pedí con todo mi corazón una sanación, una oportunidad de vida. Al operarme, el tumor medía 1 cm, no dos; uno de los tipos de cáncer más agresivos según me dijeron, pero estaba como encapsulado, ni el tejido mamario, ni los ganglios habían sido afectados. Entonces el tratamiento post cirugía fue un bloqueo completo de hormonas, nada de radiación ni quimioterapia, tenía 45 años. Inicié entonces a practicar la Técnica aprendida (Estimulación Neural) para ayudar a mi recuperación, se convirtió en mi día a día. Realizar los ejercicios para la movilización de mi brazo derecho, que corría el riesgo de quedar inmóvil si no los hacía y el tratamiento por 6 años con unas pastillas.
Iniciamos con mi esposo a involucrarnos en la Asociación Manos Sin Fronteras, volvimos a tomar los cursos y sentíamos la necesidad de ayudar, había un voluntariado y nos iniciamos. Hacíamos tratamientos invitamos personas a los cursos, nos hicimos Formadores, nuestras hijas también tomaron los cursos, yo continuaba a aplicarme la técnica y a notar resultados espectaculares, tanto así que tuve un ataque de cálculos renales, los cuales aplicándome un solo tratamiento cuando estaba con un dolor inmenso, casi a punto que me metieran cuchillo nuevamente, con 5 min. ¡5 min!! que mi esposo me realizó el tratamiento en el centro del dolor, el dolor después de media hora más o menos se me quitó totalmente y a la mañana siguiente eliminé tres piedritas.
Gracias Jardinera que pusiste en nuestras manos este conocimiento, que me ha ayudado tanto físicamente, como emocionalmente, me ha permitido verme a mi misma y aceptarme como soy un ser humano con muchos defectos, con cualidades también, que me ha permitido poder ayudar a otras personas de formas que salen de lo material.
He aprendido mucho y en el ocaso de mi vida, no puedo más que agradecer al Universo la oportunidad que me dio, de mostrarme mi misión y ponerme en el camino correcto para realizarla, en no quedarme como víctima o considerarme “sobreviviente”, pobrecita, le dio cáncer. ¡No! nunca me he considerado sobreviviente, me considero una persona a quien se le dio la oportunidad de cerrar ciclos, de aprender a vivir la vida de una manera diferente. A ser libre, dejando libres a los seres que más amo en la vida, mi esposo y mis hijas. Entender que no son “mis” que cada quien tiene su alma libre y en busca de su propia felicidad.
Que ese cáncer me lo provoqué yo misma y que si no iniciaba un trabajo de aceptación conmigo misma regresaría. Hoy puedo decir que ha sido difícil la lucha pero he ido ganando terreno, nadie dijo que era fácil, el camino aún es largo.