He notado que los cursos especiales nunca son lo que uno espera que sean, en realidad ninguno de los cursos de Manos sin Fronteras es lo que uno espera que sean...
El curso especial a Birmania fue mi segundo curso especial, el primero fue en Bali. He notado que los cursos especiales nunca son lo que uno espera que sean, en realidad ninguno de los cursos de Manos sin Fronteras es lo que uno espera que sean.
Comencé con la idea de no querer ir a este curso, me inventé tantas excusas, como no tener dinero, de querer pasar unas vacaciones de relajación, de fingir que no me interesaba, etc. Al final fui y pienso que tomé una muy buena decisión.
En los primeros días del curso, me quedó claro que de nuevo este curso no era lo que esperaba. Mi expectativa era conocer los lugares que visitábamos, la cultura de los locales y disfrutar de las vacaciones. Era mucho más que eso. Hice todo eso, pero de una manera diferente. Por alguna razón su percepción de las cosas en estos cursos especiales es diferente a la de la vida cotidiana. Entiendes las cosas de forma diferente y en mi caso fui mucho más comprensivo de lo que lo soy en mi casa.
En el curso, las personas tienen a veces sensaciones específicas cuando visitan ciertos lugares, esto tiene que ver con conexiones que uno puede tener con el lugar o la energía que están presentes. No tuve sensaciones en ninguno de los lugares que visité, tengo que admitir que al principio me sentí un poco decepcionado, pero como me explicaron más tarde no hay nada de malo en no sentir nada en los lugares que se visitan.
En lo personal, creo que vine al curso para conocerme mejor. Me di cuenta de que hay muchos sentimientos y emociones que no he afrontado de mi pasado y que también explican por qué soy como soy. Encontré muchos rasgos de personalidad, muchos de los cuales no me gustaban y no quería verlos, y más que eso, no quería admitir que tenía tantos problemas y que para mí estaba haciendo todo bien. No fue fácil aceptar estas cosas de mí, si no hubiera ido al curso nunca me hubiese enterado de esto, pero es algo en lo que puedo trabajar.
Otra cosa que realmente me gustó de este viaje fue que conocí a mucha gente, lo cual es muy extraño cuando escribo esto, porque normalmente me gusta estar solo. Hace dos años conocí a algunas personas, pero no fue necesariamente una amistad lo que se formó en ese momento. Ahora que los vi por segunda vez, hay ciertas personas con las que me siento muy conectada. Puede que sea el compartir experiencias o sentimientos que surgieron durante este tiempo juntos en Birmania o el hecho de que pasamos 10 días juntos, en cualquier caso, me caen muy bien estas personas y creo que el curso creó esta conexión.
Esta experiencia no fue lo que imaginé que sería, ni siquiera lo que yo quería que fuera, pero fue lo que yo necesitaba que fuese. Descubrí muchas cosas de mí mismo y me abrió muchas puertas, puertas personales, que de otro modo hubiera ignorado. También tuve mi descanso, no en el sentido de estar tumbado en la playa con un coco fresco en la mano, sino en el sentido de que realmente pude desconectarme de mi realidad, como mi trabajo,
mi familia, mi vida y concentrarme en mí para cambiar algo. Tan sólo esto es algo que me haría hacer este viaje de nuevo.