En los periódicos, en las redes sociales, en las filas de los supermercados, en las cafeterías de las empresas o al salir de las escuelas de los niños, sólo se habla de un tema, el coronavirus...
Esta pandemia, tiene un impacto en el mercado financiero, la economía global, y en el sistema público de salud. Y el impacto ha sido tan grande, que ha alterado la rutina de las personas, a niveles que son preocupantes.
Es necesario difundir información que pueda ayudar a detener la pandemia, para evitar que la población entre en pánico. La cancelación de eventos, suspensión de viajes, e incluso la interrupción de clases en escuelas y universidades, son medidas para detener el virus. Las directrices de prevención y preparación de hospitales, y unidades de salud para la atención de pacientes, son parte del protocolo de una situación epidémica. Nada de esto, debería representar la atmósfera de desesperación que está aumentando rápidamente, e incontrolablemente en todo el mundo.
En medio del "bombardeo" de información de datos sobre la propagación y pruebas positivas del coronavirus y el número de fallecidos a nivel mundial, la población no está recibiendo la atención adecuada: para el manejo del miedo. El coronavirus causa una enfermedad con baja letalidad. No difiere mucho de la gripe. Pero la sensación de inseguridad puede tener graves consecuencias emocionales, en grandes grupos poblacionales.
Para enfrentar el coronavirus, las recomendaciones médicas son simples: lavarse las manos, no estornudar ni toser en las personas, no saludar con un abrazo y un beso, evitar ir a lugares concurridos, entre otras medidas preventivas. ¿Pero cómo prevenir la ola de desequilibrio emocional que causa una pandemia? Todos hablan sobre el coronavirus, pero pocos abordan el creciente número de personas con insomnio, ataques de ansiedad y conductas paranoicas debido a COVID-19.
Por esta razón, los profesionales y las organizaciones dedicadas a la salud mental, tienen un papel fundamental en este momento: contener la epidemia de miedo. Los cambios en los niveles de estrés tienen un impacto en todo el cuerpo. La falta de control emocional, provoca descargas de hormonas que alteran el funcionamiento del cuerpo y pueden alterar el sistema inmunológico. En medio de una pandemia, el cuidado de la mente es esencial para garantizar el correcto funcionamiento de los mecanismos de defensa del cuerpo.
Manos Sin Fronteras, una organización internacional dedicada a cuidar el bienestar integral de las personas, propone un movimiento global para detener la propagación del miedo. En varios países, los voluntarios de Manos Sin Fronteras, están ampliando el servicio y la difusión de la meditación y la práctica integradora de la Estimulación Neural, para la salud mental y el fortalecimiento del sistema inmunológico. Sugerimos que nos unamos con movimientos, organizaciones y profesionales para actuar con el mismo objetivo.
El desafío no es fácil, pero es posible. Con acciones dirigidas a promover el equilibrio emocional, hacer frente al coronavirus es más fácil. Y eso vale para cualquier otra epidemia en el futuro. Con la campaña de 5 minutos, Eu Medito, Manos Sin Fronteras ya ha llegado a 80 países y ha alcanzado casi 18 millones de minutos meditados con la aplicación gratuita de Eu Medito. Esta suma, es tiempo dedicado a la salud mental, la calidad de vida y el equilibrio necesario para vivir bien y superar momentos críticos como el actual. Es necesario combatir el miedo.
Lilian Miranda: Empresaria y embajadora de Manos Sin Fronteras para la paz en el mundo