13 de mayo de 2020

La importancia de las pequeñas cosas

Escrito por: Matilde Chiari

Cada pequeña cosa se vuelve preciosa, el espacio fuera de un sueño. Aparentemente tranquilo durante la tormenta...

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Soy Matilde, una estudiante de tercer año de secundaria, y ahora hago lección digitalmente. Para quien, como yo, es un estudiante, son ahora 2 meses que estamos encerrados en casa. Todos los días tengo lección en la computadora, tarea digital, reuniones digitales, en resumen, todo en digital. Por un lado, está cuarentena nos ha impulsado a modernizarnos, y a ayudar a la salud del planeta, con los deberes digitales se desperdicia menos papel. Y por otro lado, a todos nos hacen faltan los amigos. Con mi amigas buscamos la manera para superar eso, nos organizamos y vemos películas juntas, no es como estar en un cine, pero es lo más cercano. Nos mantuvimos cerca a pesar de que estábamos físicamente lejos, “Lejos sí, solo jamás”. Todos hemos aprendido el significado de estar en cuarentena pero hoy les hablaré de la importancia de las pequeñas cosas.

Galletas hechas por Matilde

Muchas cosas no se pueden hacer en cuarentena, todos abandonamos proyectos y programas: los espectáculos, los ensayos, ir al cine... hasta las cosas más pequeñas empezaron, poco a poco, a extrañarnos. Personalmente extraño no ver a mis compañeros todos los días, saludarlos, abrazarlos y reírnos juntos, ahora nos reímos a distancia, nos enviamos los emoji. Cualquiera podría decir las muchísimas cosas que ha perdido en cuarentena y no sacaremos nada útil de ello.

Todo este tiempo con nosotros mismos es, y ha sido, una oportunidad, lo importante es vivirlo como tal. Más tiempo en familia, tiempo para leer y para ponerse al día con la serie de televisión. Pero personalmente fue una oportunidad para empezar a hacer ejercicio y a cuidar mi cuerpo.

Cada pequeña cosa se vuelve preciosa, el espacio fuera de un sueño. Aparentemente tranquilo durante la tormenta. Obligado a quedarse en casa, te das cuenta de lo importante que era cada pequeña cosa: ir a la escuela, entrenar, ver a los amigos, abrazos e incluso flores en el césped, ahora oculto a nuestra vista.

Flor tomada por Matilde

Forzado a vivir con nosotros mismo tenemos el tiempo para perdernos en nuestros pensamientos, para dedicarnos a ellos, pero no siempre es agradable o fácil. Estamos casi obligados a estar en nuestra compañía. No siempre nos gusta lo que vemos dentro, es difícil, requiere coraje, mirar dentro, entender lo que se siente, lo que quieres hacer. Tenemos el tiempo de reflexionar, de dar forma a nuestras ideas así como llorar sobre lo que no nos gusta tanto de nosotros. Analizar todas esos sentimientos que hemos dejado de lado durante meses y años. No debemos huir de nuestros sentimientos, nunca y especialmente ahora que tenemos tiempo de encerrarnos en el baño y llorar sin límites o encerrarnos en nuestra habitación y analizarnos.

Siempre muy importante es mantener una actitud positiva "Todo va a estar bien". Puedes perderte en el pánico, en el miedo, pero ¿cuál es el punto? ¿Qué sentido tiene? Me mantengo positivo y sigo gritando Todo va a estar bien. No es una vaga ilusión, se convertirá en realidad y yo lo creo. Negar que estamos pasando algo grave sería una locura pero no es lo que quiero hacer, no es lo que deberíamos hacer. Se necesita equilibrio adecuado de conocimiento, miedo y esperanza. Se ha creado un gran desequilibrio emocional dentro de cada uno de nosotros. Puede ser que pueda ser positiva también gracias a la meditación “Eu medito” y a la estimulación neural, y por eso digo un gran GRACIAS a todos mi amigos/compañeros de Manos Sin Fronteras. Gracias a la meditación se puede lograr un equilibrio emocional.

Nada será lo mismo o puede ser que sí, pero seremos nosotros los que cambiemos nuestro punto de vista. Creo que, a veces, necesitamos una sacudida, para darnos cuenta de lo que nos rodea, para cambiar nuestro punto de vista. Cambiará nuestra idea de las cosas pequeñas y, quizás, entendamos de una vez por todas que no son pequeñas y que todo es importante.

Páginas de un libro que hacen un corazón

Hay tantas cosas que puedes hacer en casa y las hemos descubierto. Eso que has estado diciendo "Lo haré más tarde" durante mucho tiempo, por fin hemos tenido tiempo para hacerlo.

Ahora que podemos volver a salir de lo común, al menos en Italia, apreciamos las pequeñas cosas. Podemos caminar, podemos mirar las flores, hierba, los árboles y la naturaleza en general. Para aquellos que no tienen un jardín debajo de la casa existe la posibilidad de mirar las flores de nuevo. Ahora las pequeñas cosas importan. El tiempo con los amigos, la posibilidad de hacer lo que quieras, cuando y donde quieras. Probamos el sabor de la libertad otra vez.

El miedo nos detiene, y no debemos permitirlo. Tienes que volver a vivir la vida, hacer lo que nos gusta, tal vez con un poco más de conciencia y sabiendo como todo es importante.

Hay un lado positivo en todo lo que vivimos, siempre hay un lado positivo, aunque sea difícil de encontrar.

Una medalla siempre tiene dos caras, siempre encontrarás lo bueno y lo malo de las cosas. Decía, ¿qué nos ha enseñado esta cuarentena? A disfrutar de las pequeñas cosas, la importancia de las pequeñas cosas.

Concluyo citando Marco Mengoni: “Creo en los seres humanos, creo en los seres humanos, creo en los seres humanos que tiene coraje, coraje de ser humanos”

(originalmente: “Credo negli esseri umani, credo negli esseri umani, credo negli esseri umani che hanno coraggio, coraggio di essere umani”).

Entonces abracémonos y ¡todo estará bien!

Un árbol de pino en una playa

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