La derrota es un evento rápido, como el lanzar un fósforo en una gavilla de paja. El evento en cascada que inicia con el colapso de los sueños, esperanzas y trabajo creados a lo largo del tiempo, a veces en años.
La derrota es un evento rápido, como el lanzar un fósforo en una gavilla de paja. El evento en cascada que inicia con el colapso de los sueños, esperanzas y trabajo creados a lo largo del tiempo, a veces en años. Cuando un evento con un fuerte impacto emocional te golpea, ya sea el fin de una amistad, el fin de un amor o la pérdida de tu trabajo, comienzas a percibir cómo el suelo bajo tus pies se pierde, tus certezas y confianza en el futuro se derrumban, cayendo en el agujero negro del que crees que nunca volverás a ver la luz de la misma manera.
He visto y experimentado muchos colapsos en pocos años, la pérdida de mi primer amor, la ruptura con mis mayores amistades, culminando con la pérdida de mi contrato de trabajo. Hay que decir que siempre he sido obstinado y orgulloso y solo años después pude comprender cuánto estas características mías generaban celos y envidia, tanto entre mis más profundas amistades como entre mis colegas más que entre los jefes de trabajo.
El orgullo y el ego, de hecho, son factores que contaminan el suelo en el que tienes tus propias raíces. De ello se deduce que el alimento para cualquier actividad, para cualquier relación, es deficiente, por lo que no se puede culpar a nadie. Usted mismo ha permitido el desarrollo de situaciones erróneas.
En la cultura oriental se cuenta la historia de la flor de loto, que tiene sus raíces en el fango y el barro, florece y se convierte en un símbolo de la realización espiritual.
Sucedió que empecé a sentirme atrapado en mí mismo, literalmente empecé a extrañar el aire y una perenne sensación de ansiedad se apoderó de mí, tan fuerte y concreta que hasta era difícil inclusive meter el coche de vuelta al garaje.
El universo, de una forma u otra, siempre viene hacia mí, así como yo había perdido todo en un tiempo relativamente corto bebiendo por mi culpa, también tuve la oportunidad de renacer en un instante. Mi oportunidad llegó en 2015, cuando los ataques de ansiedad comenzaron a no darme ningún respiro. El año anterior, recibí una lectura de runas e inmediatamente después del primer equilibrio. Me gustaron tanto las dos cosas que en cuanto me enteré de la posibilidad de recibir los cursos de Estimulación Neural, dejé mis referencias para que me contactaran hasta que pudiera tomar los tres cursos. Rápidamente me di cuenta de que con el tercer nivel me había liberado para siempre de los ataques de ansiedad y fobia social que siguieron, ¡pero ese no fue el único regalo que recibí!
Unos cinco meses después fui al curso de fortalecimiento de CH6, conocí por primera vez a La Jardinera, fundadora y precursora de la Estimulación Neural y el camino de la Enseñanza. Todavía recuerdo muy bien el calor del abrazo, tan pronto como me vio y, después, se dio la vuelta anunciando delante de una sala llena de gente quién era yo realmente y cuál era mi valor. Era exactamente la redención ante el mundo que necesitaba.
Puede que nunca esté lo suficientemente agradecido por todos los regalos que recibí, pero quiero hacer mi parte. ¿Cómo? Al no tener miedo y compartir el tratamiento. Y no solo buscando la humildad y la sencillez de las cosas porque, como dice la misma Jardinera, "En la sencillez está la sabiduría".
Todo esto me ha servido para comprender que la derrota no es más que la pérdida de algo que, al final, ya no se hizo para mí y que ninguna traición, ninguna decepción, podrá jamás extinguir esa luz que cada uno de nosotros lleva dentro.