Hay que atreverse a vivir, y requiere más valentía VIVIR que dejarse ir y usar una solución cobarde... Y a todos aquellos que en silencio han tenido estos mismos sentimientos: siempre hay una manera de salir del túnel... ¡A veces solo bastan 5 minutos!
Hoy día me considero una persona feliz...he descubierto que la felicidad es una decisión y por ello escojo levantarme todos los días con una sonrisa...pero hay momentos en los que ese 'lobo negro' que duerme dentro de mi despierta y vuelvo a la adolescencia donde mi respuesta a todo era hacerme daño.
Las personas que me conocen ahora no lo creerían, pero de adolescente era una persona fría, cerrada, reservada, detestaba el contacto físico y me autolesionaba... Como no sabía controlar mis emociones y ‘detestaba llorar', el hacerme daño y cortarme era para mí la única salida, y se volvió una droga.
En el colegio me escapaba al baño para cortarme con la hoja del tajador, o me incrustaba las uñas hasta sangrar, o a veces me llevaba un cutter. Para que nadie se diera cuenta usaba siempre camisas de manga larga o un suéter, aunque hiciera calor. Me autolesioné por casi 5 años y aun cuando prometí que no lo haría más, cuando la furia me subía a la cabeza, o las lágrimas, prefería hacerme daño antes de sentirme 'frágil' y vulnerable. Lo más difícil es que hay mil maneras de hacernos daño.
Cuando deje de cortarme, encontré el alcohol y la comida y me atracaba de comida hasta querer vomitar y después vomitaba y seguía, aún ahora, mi primer instinto cuando tengo el ego herido es querer hacerme daño, incluyendo la decisión de alejarme de todo y de todos hasta sentir que me ahogo. La diferencia entre mi yo adolescente y mi yo presente, la gran diferencia, es que ahora tengo una herramienta que hace 10 años no tenía:la meditación... Aún existe en mí una niña berrinchuda y que necesita atención, la niña que quiere tragarse sus emociones antes que tener la humildad de gritar y pedir ayuda, pero tengo una herramienta que la mantiene fuera del volante.
Gracias a la Enseñanza y a la Jardinera, hoy he descubierto que cuando siento que me estoy ahogando, que no veo la luz al final del túnel, a veces solo basta detenerse por 5 minutos, respirar profundamente y meditar, recordar que siempre hay una solución cuando tienes la mente clara y una boca para hablar y expresar lo que siento. No digo que es una varita mágica que resuelve de un solo todos los problemas, pero me han enseñado que es un gran acto de humildad pedir ayuda y que en nosotros esta la consciencia y el valor de no alimentar al lobo negro. Por eso, aún si a veces me cueste, soy más consciente que tengo el poder de pedir consejo, de meditar y aclarar mi mente, de buscar las herramientas que me devuelvan a mi estado de 'equilibrio'.
Sé que no soy la única que ha pasado por esto, y que muchos adolescentes recurren a la auto mutilación para controlar sus emociones... Y después de muchos años de haber cometido ese error puedo decir con certeza que por más que exista la tentación, no es una cicatriz (o una resaca, o mal de estómago) lo que nos hará sentir mejor. Lo que nos hará sentir calma es sentarse, aunque sea esos 5 minutos, buscar un poco de claridad,liberar la emoción,decir lo que nos duele y da rabia, gritar al río, botar todo lo que nos envenena por dentro.
Hacer el acto de humildad y de amor propio más sencillo, pero más difícil de todos: Pedir Ayuda.
Hay que atreverse a vivir, y requiere más valentía VIVIR que dejarse ir y usar una solución cobarde... Y a todos aquellos que en silencio han tenido estos mismos sentimientos: siempre hay una manera de salir del túnel... ¡A veces solo bastan 5 minutos!