Hacerte valer ante los demás

Mis orígenes campesinos siempre me han puesto en una condición de inferioridad desde que era pequeña y a menudo me he menospreciado a mí misma. Incluso en el jardín de infancia, las monjas hacían bordar a mis amigas, que eran hijas de comerciantes, artesanas... pero yo, que era hija de agricultores, no aprendí a bordar. Esta situación se repitió en la escuela secundaria. No recuerdo haber sufrido, en aquel momento, pero siempre llevo el recuerdo de estas cosas, de cierta manera han dejado una huella. Hace pocos años comencé a aprender y comprender mi valor y les digo que no ha sido fácil ponerlo en práctica. Me ha llevado mucho tiempo llegar a donde estoy hoy.

¿Qué es hacerse valer? ¿Qué es valorarte y cómo comenzar? Por pequeños pasos, atreviéndome a decir lo que pienso, atreviéndome a sentir y expresar mis sentimientos. Que el miedo al rechazo o a que piensan los demás no nos detenga de mostrar nuestros verdaderos sentimientos. Valorarnos es amarnos a nosotros mismos, es aceptar quien somos y permitirnos ser nuestro auténtico yo en cada momento, a solas y frente a los demás. Valorarme es seguir mi corazón y decir y hacer lo que me hace sentir en paz conmigo mismo. Valorarme es amarme a mí misma.

Este cambio en mi actitud ha traído consigo, desde hace unos meses, una multitud de efectos positivos. Estoy recibiendo fuertes demostraciones de afecto, de estima, de bien, de ofertas de trabajo y estoy aprendiendo a creer que yo también tengo un valor, estoy aprendiendo a creer en mí. Es maravilloso descubrir la propia autoestima. El mérito también se debe a la gente que conocí en la Enseñanza, a la gente que conocí en el trabajo. Estoy muy agradecida porque me doy cuenta, poco a poco, de que tengo valor y, si los demás me lo demuestran, sin que el ego intervenga digo GRACIAS.

He aprendido a decir GRACIAS en lugar de decir NO ES CIERTO.