El momento presente

HOY, es una palabra tan corta y abarca tanto. Usualmente le llamamos así a las 24 horas que estamos viviendo, pero realmente significa mucho más. Es ese preciso instante que estamos viviendo, pero metafóricamente dormidos. Mucha literatura describe al hoy como lo único que existe, porque el ayer ya pasó, el mañana no ha llegado y efectivamente siempre estamos entre el ayer y el mañana, difícilmente en el hoy.

Esa pequeña palabra que requiere de nuestra consciencia plena para sentir, oler, saborear, palpar y memorizar lo que estamos viviendo, despiertos, atentos a lo que pasa a nuestro alrededor y simplemente ver la vida tal cual es, con sus maravillosos colores, saboreándola y principalmente “sintiendo”.

La forma de estar presente en todo momento en el “hoy” es estar consciente de lo que haces y como ese momento te hace sentir, qué mueve dentro de ti, lo cual al final es lo que eres y dice mucho de lo que llevas dentro.

La mayoría de las veces, entablamos conversaciones sin realmente poner atención, solo pretendemos estar allí, nuestra mente vuela a lo que no hicimos o tenemos que hacer. Si estamos sentado comiendo, saboreamos? disfrutamos ese aroma delicioso de los alimentos, o acaso nos percatamos de los colores de la comida misma?, engullimos igual que cualquier otro animal que no tiene la capacidad de razonar. Vivimos robotizados.

En este tiempo, el hoy significa tantas cosas, menos vida común. Las famosas redes sociales que ha logrado integrar a muchos en conversaciones simultáneas, rompiendo relaciones y momentos inolvidables que solo existen en el hoy; perdemos tantos detalles, las reacciones del otro, perdemos los emotivos momentos que se esconden atrás de una caja de metal de última generación, porque definitivamente no puedes negar que un jajajaja en tu Smartphone, pueda reemplazar el sonido de la carcajada plena de tu mejor amigo; no es y nunca será lo mismo.

Estar consciente en todo momento, requiere de un esfuerzo mayor que el de respirar. Se necesita estar alerta en cada cosa que hacemos, tocamos, vemos, movemos, y lo más importante, saber que estamos asimilando lo vivido en ese preciso instante; integrando en nuestro ser cada una de nuestras reacciones y por lo tanto también las emociones detrás del acto per se.

El actuar automáticamente, nos aleja del momento presente. No nos permite ver la grandeza del instante, nos convierte en seres zombis, que viven el momento desde el instinto, sin estar conscientes de lo que sentimos y lo más importante, la forma en que reaccionamos, qué hay en la raíz?. Si pudiéramos ser observadores de nuestra propia vida, nos permitiría más fácilmente conocernos a nosotros mismos. Cuando vives en el aquí y en el ahora, incluso la muerte es irrelevante.