Del yo al ser

Estoy más que feliz de escribir este artículo para Manos, (me dijeron que fuera breve y no sé si lo lograré, tengo el don de la síntesis sólo en las cosas que no amo).

¿De qué hablar? ¿Y cómo, sobre todo, si su fundadora nos dice que “en la sencillez está la sabiduría”? Sería fácil hablarte de mí, intentando el ejercicio de no ser demasiado egocéntrico. Soy cojo de nacimiento y, si algo me ha aportado la práctica de Manos (sí, para mí toda la asociación es una práctica), entre muchas otras, es que cuando meditas nadie tiene limitaciones, cuando haces el tratamiento de Estimulación Neural, no hay límites.

Esto me lleva a dos reflexiones: ¿cuál es el mensaje central, para mí, de esta asociación? ¿Cuál es su fundamento?

Ser lo mismo siendo diferente, porque tanto la meditación como la técnica te ponen en un estado de igualdad total y desde todos los puntos de vista. Comprenderás bien que, para mí que tengo una limitación física inicial, esto es una novedad absoluta, un descubrimiento. ¿Un descubrimiento de qué, sin embargo? El descubrimiento de lo que en nuestro interior no tiene defectos y, por tanto, tampoco fisicalidad, lo que las filosofías orientales llamarían el YO superior, al que de hecho se llega a través de la meditación, según estas corrientes.

Pero, Manos trae una novedad absoluta, un riesgo, una responsabilidad que para la mente occidental es impensable: es decir, una técnica donde no existe el yo sino el SER que está dentro y que la física actual nos dice que está compuesto de energía. - lo mismo que las bombillas, para entendernos.

¿Qué hace esta técnica? No solo te dice que eres igual, que no tienes defectos, sino que eres un medio, porque durante cinco minutos cuál es la energía que llevas dentro, que te compone, y que te hace tener 36 grados de temperatura media , saldrá de ti, a través de las manos y te volverá a armonizar a ti y a quienquiera que esté recibiendo esta energía real que, por naturaleza, no puede fallar. Eso siendo real, tiene efectos reales.

¿Cuáles?

Dado que cada uno está compuesto de energía, cada uno tiene una frecuencia. Según como estemos en el plano físico, esta energía tendrá efectos diferentes, como es normal: a un potencial dado le corresponde una corriente dada y para cada uno significa sentir físicamente efectos diferentes.

Pero también estaba hablando de un riesgo y una responsabilidad. El riesgo es de dos naturalezas, una egoica, y es que yo tengo esta cosa y tu no. Por lo tanto, los que lo saben son válidos y merecedores y los que no los saben no lo son, es algo que sucede en todo grupo y es una reacción humana como la de crear la dinámica habitual de competencia de valor dentro del grupo mismo. Nada nuevo, diría, y el otro riesgo es no creer realmente que esta técnica funciona solo porque no puedes ver nada. Que es como poner las manos sobre una mesa en lugar de sobre una persona, ya que ahora está establecido por muchas partes que el pensamiento, la palabra, el trabajo, el cuerpo, no son más que diferentes estados de una misma energía.

Cuanto mayor es la frecuencia, menos densa y, por lo tanto, visible, cuanto menor es la frecuencia, más visible y física o condensada, como dicen los buenos. Como nuestro ojo está acostumbrado sólo a ver ciertas frecuencias, las superiores no las ven, y la mente dice: “Lo que no veo no está ahí”, no existe. Ya que, como enseñan muchos maestros, estamos identificados con la mente, creemos lo que dice, y si dice que lo que no ves no está ahí, para el ego esa cosa no está ahí. Lástima que el viento, sin embargo, no se ve a sí mismo y va donde quiere, y lo que vemos son los efectos. Aquí esta técnica es comparable al viento, no ves a dónde va, ves lo que hace.

¿Y cuál es finalmente la responsabilidad que mencioné antes? Otro tipo de energía, aún superior: la de la Fe, ¿qué es la Fe? Es creer sin ver. Me dijeron: "si algo puede dar esta técnica es esto: no lo ves, pero ves los efectos". Entonces tal vez seas tú, pero esto no puede ser porque la técnica funciona para y con todos, y entonces no eres tú, sino que es algo que está delante de ti, dentro de ti, más allá de ti y que actúa gratis, porque es libre, dado a todos sin distinción. Esto quiere decir que esta técnica es la posibilidad de ver, a través de sus efectos, lo que cada persona puede hacer cuando se la coloca en un estado de paz interior, de igualitarismo, de silencio de la mente.

Esa es la posibilidad real y concreta de ver la fuente de la que todos venimos y volvemos, en acción sobre nosotros, a través de nosotros, que -como si fuera un acelerador- la Fe, consciente de esta presencia en nosotros, actúa, con dulce poder. , y armonía silenciosa, cosas que me hacen pensar sólo en el Amor impersonal.